Decálogo de las yeguas de cría

Decálogo de las yeguas de cría

La piedra filosofal, esa que los alquimistas trataron por siglos de hallar, la que convertía el plomo en oro, la que otorgaba inmortalidad, la expresión máxima de la perfección. Simbólicamente utilizamos esta expresión cuando hablamos de la solución a los problemas, la clave absoluta del éxito en cierto aspecto, una alquimia que, en la mayoría de las ocasiones, resulta ser sólo palabras al aire o, en el mejor de los casos, una solución temporal. Nosotros, como criadores y artistas que somos -o al menos pretendemos ser- no estamos exentos a esta eterna búsqueda de nuestra propia piedra filosofal, de nuestro ansiado ejemplar perfecto, de nuestra exitosa metodología que nos convierta en el próximo gran criador, ese maravilloso sueño de fantasías que se convierten en realidades. Porque somos así, es nuestra naturaleza, y quien no lo sea quizás haga bien cambiándose de afición y dedicándose a otra labor más pragmática. Cierto es que a lo largo de las décadas hemos dado con algunas claves y hemos alcanzado hitos insospechados. Hemos criado inmensos ejemplares llenos de belleza y hemos contemplado criadores de éxito a lo largo de muchas décadas, pero aún no hemos hallado la clave absoluta del éxito, la piedra filosofal. Y no nos engañemos: nunca la vamos a hallar. Porque, al igual que en alquimia, esa piedra no existe. Pero nosotros, como buenos alquimistas, como artistas y creadores, seguimos buscando estar cada día más cerca de la perfección, de la belleza en su máxima expresión, del éxito atemporal que nos haga sentirnos realizados. Y este éxito no sólo es posible, sino que se puede (¡se debe!) planificar. Con un correcto plan de cría y los recursos adecuados, podríamos llegar a desarrollar una cría magnífica y homogénea e, incluso, crear ejemplares legendarios.

Como hemos mencionado, pocos dudan en definir a Secretariat como el mejor PSI de la historia, y sus motivos hay, pero en Europa existe un alter ego de Secretariat, un caballo que lo ha ganado todo en sólo seis meses. Ha arrasado en las seis pruebas más importantes del circuito europeo, incluyendo la Triple Corona, con una facilidad pasmosa y a razón de una prueba por mes. Nunca antes ningún purasangre había conseguido esta hazaña. Consecutivamente batió a los mejores caballos del circuito en las 2000 Guineas, el Epson Derby, Eclipse Stakes, International Stakes, Irish Champion Stakes y, finalmente, el aclamado Prix de l’Arc de Triomphe. Este purasangre se llama Sea the Stars y tiene muchas cosas en común con Secretariat. La primera, cómo no, el ser un outcross muy abierto procedente de líneas bien diferenciadas, algo de lo que hablamos en el anterior artículo. La segunda, que es en la que nos centraremos en éste, es que en ambos casos sus madres fueron reproductoras asombrosas. Piedras filosofales que convertían en leyenda mucho de lo que nacía de ellas. ¿Cuáles fueron las claves en ambos casos para llegar a dar a luz a mitos como Secretariat, Sea the Stars, u otros inmensos campeones como Galileo, el mejor reproductor de la historia con datos objetivos en mano, Sir Gaylord, Urban Ocean, Melikah, All Too Beautiful, Born to See, First Family, Syrian Sea, etcétera? ¿Qué tenían en común estas yeguas y qué podemos aprender de ello? ¿Cuáles fueron los cruces más exitosos, los que dieron lugar a Secretariat, Sea the Stars y Galileo (también outcross, por cierto), y por qué?

Los 10 Mandamientos de las reproductoras de leyendas

Como toda alquimia tiene su fórmula, también existe una fórmula en este caso. Insistimos en que la piedra filosofal definitiva y absoluta no existe, pero estas 10 ideas nos harán comprender mejor las pautas que se han repetido consistentemente a lo largo de la extensa historia de las reproductoras de caballos de carreras, y que igualmente son reproducibles en la raza bóxer. Nos servirán para tomar notas y, quizás, aplicar algunos de estos puntos en nuestra propia cría selectiva.

  1. Outcross de 4 o más generaciones
    Tanto Somethingroyal, madre de Secretariat, como Urban Sea, madre de Sea the Stars, eran resultado de una cría selectiva outcross de varias generaciones. El valor, y la necesidad, de dejar atrás la endogamia de forma definitiva es, una vez más, el primer paso para el Éxito en mayúscula, para conseguir criar una leyenda en los tiempos en que estamos.
  2. Familia paterna y materna completamente distintas
    En caso de Somethingroyal, su padre era de familia británica e irlandesa y su madre estadounidense; Urban Sea exactamente igual pero viceversa. El vigor híbrido de su genética era similar a si hoy día poseemos, por ejemplo, una reproductora de padre inglés y madre continental. Como vemos, no vale simplemente con un pedigrí en el que no se repita ningún nombre en las cuatro primeras generaciones, como definimos en el punto 1, sino que debe ser un verdadero outcross procedente de familias muy bien diferenciadas.
  3. Descendiente de un ‘Trazador de Campeones’
    Este título, ‘Trazador de Campeones’, es el que me gusta darle a aquel ejemplar que reproduce sus mejores descendientes en segunda, tercera y cuarta generación. Tanto Somethingroyal como Urban Sea eran descendientes de un semental con esta característica, el gran Prince Rose, uno de los mejores purasangres de la historia europea, que tuvo buenos hijos pero que destacó por unos nietos, bisnietos y tataranietos espectaculares.
  4. Padre y abuelo materno, grandes ejemplares de la raza
    Los criadores de purasangres tienen una particular forma de leer los pedigríes. Se fijan muy especialmente en el padre y en el abuelo materno, por lo tanto, no es de extrañar que en el pedigrí de todo gran caballo que se precie se suela dar este caso. Y con Somethingroyal y Urban Sea este fenómeno es sobresaliente, consiguiendo a la vez que, cruzadas con grandes campeones, esto se repitiera en el pedigrí de sus hijos.
  5. Genotipo y fenotipo
    Que el pedigrí de una hembra de cría debe ser sobresaliente ya ha quedado claro, pero no basta con eso. Su fenotipo, su morfología, debe manifestar que es portadora y potencialmente transmisora de la genética que se intuye por su pedigrí. Y no queremos decir que toda gran hembra de cría deba ser también una gran campeona. No. Pero sí debe ser una hembra bonita, de gran calidad, con cualidades propias de su familia, de esos grandes ejemplares que tiene detrás. Una yegua sin grandes defectos y con buenas virtudes. De caballos bonitos pueden nacer hijos feos, pero lo contrario es harto difícil.
  6. Pedigrí sin puntos débiles
    Tener 20 campeones en las primeras 4 generaciones del pedigrí no sirve de mucho si los otros 10 antepasados son de mala calidad. Un pedigrí debe ser fuerte, sin fisuras, compuesto en su totalidad de ejemplares típicos, con buenas cualidades, con características deseables, sin grandes defectos, con machos y hembras sobresalientes como reproductores, con algunos campeones y, como buen pedigrí outcross, con caballos de diferentes familias.
  7. Tail male
    Esta expresión anglosajona quiere decir que el ejemplar en cuestión proviene de una línea masculina paterna ganadora, es decir, que el padre, el abuelo paterno, y el padre de éste, y el padre de su padre… Fueron grandiosos representantes de la raza y que se remontan, finalmente, a un gran mito, a un gran pilar de la raza. En el caso de Somethingroyal su Tail Male lleva hasta el invicto mito St. Simon, a través del gran Prince Rose, de quien ya hemos hablado. Urban Sea proviene de otra leyenda, Native Dancer, vía Tail Male por medio de Mr. Prospector, otro de esos purasangres cuyo nombre aparece prácticamente en todos los ganadores de la Triple Corona americana de los últimos tiempos.
  8. Genética compuesta por familias complementarias
    Como no tendría sentido de otra forma, la idea no es sencillamente que el pedigrí esté compuesto por diferentes familias, sino que estas familias sean complementarias entre sí. Ya hablamos de esto anteriormente, de familias veloces unidas a familias resistentes, y de cómo necesitamos buscar el equilibrio de los diferentes tipos mediante familias complementarias. Suena a perogrullada, pero sería absurdo pretender criar un ejemplar perfecto cruzando familias que comparten y transmiten las mismas virtudes y los mismos defectos, ¿no? Pues eso, ahí lo dejo.
  9. Éxito asegurado en cruces complementarios
    En estos dos últimos puntos vamos a ver, además de las características vistas hasta ahora, dos puntos claves para que la descendencia de estas grandes reproductoras no sea simplemente buena, sino espectacular. Mítica. Legendaria. El primer punto es seguir cubriéndolas con machos complementarios. El que la hembra ya provenga de familias distintas no nos da carta blanca para ahora cubrirla con un macho que no vaya aportar nuevas cualidades y, más aún, que vaya a potenciar ciertos defectos de la hembra o vaya a meter en nuestra cría defectos que no tenemos. Cuidado con eso. Como buenos artistas, hemos de buscar ese macho que vaya a complementar a una hembra que ya es de por sí maravillosa, que vaya a aportar ese plus que falta para crear nuestra leyenda. Como hemos visto muchas veces en Fórmula 1, para ganar hace falta tener un buen coche, pero también un buen piloto. De nada nos serviría tener a la reproductora perfecta si no sabemos “conducirla” correctamente al elegir el cruce adecuado.
  10. La mejor descendencia, siempre obtenida con outcross muy abierto
    Secretariat, Sea the Stars y Galileo son el resultado de cruces muy abiertos. Son grandes outcross, de madres con grandes outcross, como acabamos de ver, pero de padre también outcross que añadieron sangre más abierta aún a esas buenísimas reproductoras y que como resultado dieron a auténticas leyendas.

Con hembras así, de tanta calidad, de genética tan abierta, con tantas familias complementarias detrás, podríamos caer en el error de buscar ahora “cerrarnos”. Ya sabéis, “aprovechar” ahora para consanguinizar, para un inbreeding oportunista… Para cargarnos, al fin y al cabo, el buen trabajo hecho hasta ahora. No sé de dónde viene la leyenda urbana esta de “cerrarse” para “mantener nuestra sangre”, para “no perder la tipicidad de mi criadero”, como si “nuestra sangre” o “nuestra tipicidad” sólo se pudieran mantener consanguinizando, que ya hemos visto que no es así mediante la cría selectiva outcross en base a familias. Podemos seguir con nuestra sangre y nuestro tipismo criando en abierto y, además, podremos llegar a criar auténticas Leyendas. Con el inbreeding esto es muy difícil, y ya hemos razonado el por qué. Además, con el outcross nos curamos en salud, nunca mejor dicho, en lo referente a los problemas endogámicos. Y siendo sinceros, esos cruces cerrados de los que hablamos, en muchos casos no son complementarios, con lo que no conseguimos realmente definir ni mantener un tipo y, por otro lado, vician la genética, añaden multitud de problemas endogámicos y van destruyendo el vigor de nuestra crianza, con lo que no estamos “manteniendo nuestra sangre”, sino que nos la estamos cargando.

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